El progreso continuo y la expansión de la sociedad moderna en un mundo finito han presionado los recursos limitados que tenemos, y han provocado consecuencias ambientales irreversibles. Mirando hacia el futuro, nuestra demanda de más energía para iluminar nuestros hogares y combustible para alimentar nuestros modos de transporte nunca ha sido mayor.
En consecuencia, hay una mayor presión sobre las compañías de automóviles y motocicletas para que obtengan motores de combustión más eficientes. El aumento en los precios del combustible ha aumentado la demanda de vehículos de bajo consumo de combustible, y con el empeoramiento del tráfico en el metro como resultado de la urbanización, la demanda de vehículos que golpean el tráfico también han crecido, lo que significa que las motocicletas se han vuelto más populares que nunca .
Esta situación sociotécnica ha dado lugar a una nueva raza de motocicletas, y en el corazón de este movimiento está la tecnología de inyección de combustible (FI).
¿Qué alimenta a nuestras motocicletas?
Durante más de un siglo, los carburadores fueron la opción de facto para entregar combustible a nuestros motores. El carburador es un dispositivo muy simple que aprovecha los principios de dinámica de fluidos de Bernoulli para generar vacío, atomizar, mezclar y entregar la mezcla de combustible de aire en la cámara de combustión. Sería difícil encontrar un mecánico que valga la pena que probablemente no pueda sintonizar un carburador con los ojos cerrados.
La tecnología arcaica de los carburadores comenzó a mostrar problemas a principios de los años 80. Los motores de alto rendimiento comenzaron a tomar un combustible para que no fuera asunto de nadie, y el aumento de la conciencia ambiental ha restringido la potencia que los ingenieros podrían expulsar los motores de combustión a cambio de más bajas emisiones de escape. Aunque algunas tecnologías se han implementado para complementar los carburadores y los hacen más económicos, estos sistemas demostraron ser temporales en el mejor de los casos.
Para crear motocicletas que sean más eficientes en combustible, satisfagan las regulaciones de emisiones y mantengan márgenes de alto rendimiento, los fabricantes han recurrido a la inyección de combustible.
El sistema de inyección de combustible funciona principalmente rociando combustible altamente atomizado en la cámara de combustión del motor a través de inyectores de combustible, con el combustible empujado por bombas de combustible de alta presión. La cantidad de combustible y cuánto tiempo se rocía se rigen por una computadora a bordo que utiliza una multitud de sensores para monitorear las condiciones de funcionamiento del motor.
Los inyectores de combustible no son nuevos en el mundo automotriz: se han implementado desde los años 80, convirtiéndose lentamente en el nuevo estándar. Los sistemas FI también se han utilizado en motocicletas de gran desplazamiento durante algunas décadas ya.